29 septiembre 2018
Observé mi reflejo rebelde
en cada pisada, decapitada, en tus ojos
cruzando sobre las ruinas de topacio
El arco iris gris me habló
arrojándome las piedras que tu camino detesta
Abrígame en tu atmósfera, sol cruel,
del frío lugar que encoge las ideas
Divago sobre sus falsos rehenes
rasgando los hilos que cruzan el alma
arrojándome a los cielos que cubren tus espaldas
Divago, encerrado en mis dedos
no para evitar los errores
sino para encontrar los aciertos
Alabados como aros alados
Escucho los gritos, no lejos,
de pozos delatando tu presencia
Transformo su ruido en melodía
No te escondas en la muerte
No te entierres bajo la tupida arena
Arde en tu brillo un dibujo
con su halo especial
Me alumbras con tu exquisito roce
haciéndome erosión
Siento el golpeo de tu cintura
como fina lluvia
animando el baile de mis espectros
Es el paisaje de la eternidad
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