Se que quisieras verme encender velas alrededor de tu cama. Tu amante perfecto. Hablar de lo que nos incumbe. Estremecidos entre la neblina interminable. Con olor a cruz quemada.
Soy un alma de letras. Y es la causa por la que no te amaré. No te encuentran las matemáticas entre sus prolijas canas.Y el álgebra mágica sólo se vislumbra en las colmenas de Dios.
Tengo siete miedos que circundan mi Universo. Antepuestos al tuyo. Tú eres mi miedo último.
Tengo miedo del hambre del hombre, que descansa sobre la siembra que espera su cosecha.
Los miedos me visten con ropas crueles entre el blanco y el negro. Siempre pendientes de tu
mirada.
Me desconcierta pensar como es ella. Tu desconocida mirada. Mirada escondida siempre en el secreto. Acaparadora de todas
las vidas. Conocedora de todas las lenguas ¡Tan lejos del brillo!
Me he vuelto loco. Y tan solo tú lo sabes. Capaz de oler en mi flora invisible.
Los mundos de acero escriben sobre placas que borran su memoria. Probablemente crezcan crímenes bajo sus luces. Recitar el canto de una sirena. Morder el aroma del sándalo en mi pronta mañana.
No me rescates en los campos llanos de la angustia. Me atraviesa el cerceneo que provocan las miradas ausentes. En mi estómago sepultado.
He elegido la serpiente que me muerde. Envenena mis poros sangrantes. Siento mi cara en ojos de bruma.
Sacuden las locas ramas mi esqueleto. Frijan mi dulce visión de estatua.
¿Quien habla de las sombras? ¿Quien habita en su oscuridad? Tal vez la noche, buscándome
¿Escuchas a las espinas cuando te hablan? Clavadas donde no se ven, en la profundidad del alma
Arañan sus palabras y se vuelven locura. Ahi es donde nos habla el diablo. Transformado en Tiempo, envuelto en nudos, en círculos que rodean mi espacio
Me he vuelto loco. Y tan solo tú lo sabes. Capaz de oler en mi flora invisible.
Los mundos de acero escriben sobre placas que borran su memoria. Probablemente crezcan crímenes bajo sus luces. Recitar el canto de una sirena. Morder el aroma del sándalo en mi pronta mañana.
No me rescates en los campos llanos de la angustia. Me atraviesa el cerceneo que provocan las miradas ausentes. En mi estómago sepultado.
He elegido la serpiente que me muerde. Envenena mis poros sangrantes. Siento mi cara en ojos de bruma.
Sacuden las locas ramas mi esqueleto. Frijan mi dulce visión de estatua.
¿Quien habla de las sombras? ¿Quien habita en su oscuridad? Tal vez la noche, buscándome
¿Escuchas a las espinas cuando te hablan? Clavadas donde no se ven, en la profundidad del alma
Arañan sus palabras y se vuelven locura. Ahi es donde nos habla el diablo. Transformado en Tiempo, envuelto en nudos, en círculos que rodean mi espacio
