10 Noviembre
Flor que hablas
dame tu espada
de hoja lisa y cruel
que adivine mi futuro señalado de ampones maléficos
Quiero evitar el poso de mis plomizas pisadas
sobre las hojas marchitas que brisan el destino
Regálame tus alas
Duérmeme en tus viejas carcasas olvidadas del absurdo
Y ahora, despiértame sobre tu frío
No esperes mi sigilo, ni busques mi antes
No habrá suspiros para mi gloria
solo cantos para tu endiablada vanidad
ascendiendo en caravanas de ombligos dulces de vida
Tengo el hambre de comerte
acariciando hienas en tormentas te imagino
sombreando tus círculos clavados en mi rostro
cegándonos en todo abismo
con el dorado de sus cabellos prístinos
Estrían las cadenas que aprietan mis venas
Se estiran en su óxido profético
Sálvame del salvaje monstruo invisible
Leviatán que solo tú ves
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